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La Seguridad un buen negocio

Muchas personas se preguntan por qué se gasta dinero en señalización y equipos de protección en las empresas, por qué se realizan periódicamente reuniones de seguridad… Existe una razón: es un buen negocio hacerlas.

Todos en la empresa deben estar interesados en la prevención en la misma forma en que deben estar interesados en generar un producto de calidad.

Cuando los intereses industriales comenzaron a tomar forma en los países, a comienzos de la era industrial, las operaciones eran bastante simples. La maquinaria y los procesos no eran complicados; usualmente, una rueda de agua o un motor a vapor hacían girar un eje de transmisión, las bandas transmitían la energía por todo el lugar y las máquinas funcionaban lentamente. El uso de materiales de alto poder explosivo y sumamente tóxicos era limitado, pero aun así, muchos trabajadores sufrían lesiones o morían en el trabajo en este tipo de entornos laborales.

Todos consideraban que estos accidentes eran simplemente un acto de mala suerte, una probabilidad que un hombre, una mujer o un niño tenían que asumir para ganarse el sustento. En los cinco primeros lustros del siglo XVIII, la gente comenzó a darse cuenta que los accidentes e incendios podían ser prevenidos. La opinión pública comenzó a caminar en esa dirección y los proyectos de ley empezaron a aparecer en los medios legislativos. Estas leyes atribuían la responsabilidad directamente al empleador, era éste quien obtenía dinero del negocio y, por lo tanto, era quien tendría que pagar la factura de los costos de los accidentes.

Lo interesante de esta situación fue que estos mismos propietarios pronto descubrieron que la seguridad les ahorraba dinero: era un buen negocio prevenir los accidentes. Éstos sacaban del trabajo a los buenos trabajadores y era muy costoso entrenar a empleados nuevos. Además, por cierto sentido humanitario, no querían que sus trabajadores sufrieran lesiones, y por último, los accidentes también dañaban los equipos y materiales, las pérdidas no estaban cubiertas por ningún seguro. Así que los propietarios comenzaron a pensar más claramente y optaron por la seguridad de manera decidida, fundamentándola en tres partes, las cuales siguen vigentes hoy día.

La primera es la educación. Antes que una empresa llegue a ser un lugar de trabajo seguro, todas las personas en la organización deben ser educadas para que se convenzan de que los accidentes y las enfermedades pueden prevenirse. No solo deben estar convencidas de esto, sino participar activamente en un programa enfocado precisamente en este propósito.

La ingeniería es la segunda parte. Todas las maquinarias, operaciones y procesos son estudiados desde su punto de vista técnico para determinar la manera más segura de hacer todos y cada uno de los trabajos. La ingeniería incluye el diseño y las barreras de protección de los equipos y la manera en que hacemos las cosas.

La tercera es aquella que instaura y mantiene el entusiasmo. Está vinculada con el aspecto educativo, pero va un paso más allá. Todos en la empresa (directivos y empleados), deben estar interesados en la prevención en la misma forma en que deben estar interesados en generar un producto y un servicio de calidad a un precio justo para los clientes.

Si algún día tiene una duda como las expresadas al principio de este texto, piense que las compañías tienen programas de seguridad porque es un buen negocio para todas las personas involucradas. Éstos nos recuerdan constantemente que debemos hacer todo lo posible para prevenir que los trabajadores sean las próximas víctimas de un accidente.

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